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Beahalotjá
En esta Parashá vemos cómo se debía encender la
Menorá del templo y se nos dice que los levitas reemplazarán a los
primogénitos en las labores del culto.
Si un apersona no podía celebrar Pésaj el 15 de Nisán, debían
celebrarlo un mes después. El campamento sólo se podía mover si la nube
de D’s se movía.
Se especifica el orden en el que marchan las tribus. El pueblo se queja
por el Maná y D’s envía codornices para alimentar al pueblo. Más una
plaga castiga a todos los que salieron apresuradamente a recogerlas.
Itró, suegro de Moshé vuelve a su tierra natal, pero antes le aconseja a
su yerno que designe jueces para que o ayuden a guiar al pueblo. D’s
confirma esta sugerencia, la que es puesta en práctica por Moshé. Dos
ancianos del pueblo comienzan a profetizar lo que provoca la ira de
Ioshúa. Pero Moshé dice que le complace que otros se hayan convertido en
profetas.
Miriam habló mal de Moshé y es castigada con lepra. Moshé reza por ella
y se sanó completamente.
Cuando D’s enseña la manera de encender la Menorá leemos en
castellano: “cuando enciendas las luces...”, pero si hacemos una
traducción literal debiera decir: “cuando eleves las luces”. Una
explicación es que este simple candelabro dorado, pasa de ser un metal
crudo a ser un símbolo espiritual. Luces y sombras en la vida de nuestro
pueblo, que está comenzando la travesía por el desierto.
La luz se refiere a las leyes bíblicas, la sabiduría, los principios
morales que deben iluminar al mundo entero para disipar la oscuridad en la
que está. En conclusión, esa luz deberá estar dirigida hacia nosotros
mismos, hacia el corazón de cada judío, para que podamos elevarnos y
proyectarla hacia los demás.
Además la Menorá fue confeccionada de una sola pieza. El mensaje es muy
simple: un pueblo unido; la fuerza de nuestro pueblo radica en lo
espiritual.
Valdría la pena realizar un esfuerzo en conjunto, y prender (elevar) las
luces de la Menorá que cada uno lleva dentro para iluminar el camino
hacia la Torá y las Mitzvot.
Shabat Shalom
Alberto Nachari F. |