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Shabat Jol Hamoed Pésaj
Moshé le pide a D’s que le muestre Su gloria y le
enseñe las reglas con las cuales Él conduce al mundo, pero su pedido es
complacido sólo en forma parcial ya que nadie puede ver a D’s y seguir
con vida.
D’s le dice a Moshé que haga dos Tablas nuevas, y le revela el texto de
los rezos que invocarán Su misericordia.
Se prohíben la idolatría, los matrimonios con paganos, y la combinación
de leche y carne. Se enseñan las leyes de Pésaj, del primogénito, de
los primeros frutos, Shabat, Shavuot y Sucot.
Hay un Midrash que nos cuenta que cuando Moshé bajó con las primeras
Tablas de la Ley, éstas contenían la Torá escrita y la Torá oral, es
decir las explicaciones del por qué y cómo de las Mitzvot. Cuando Moshé
se enfrentó a un pueblo que estaba pecando frente al becerro de oro, las
letras de la Torá Oral volvieron volando al cielo, y como resultado las
piedras se volvieron pesadísimas y finalmente cayeron de las manos de
Moshé rompiéndose en mil pedazos.
A nosotros nos pasa lo mismo. Si no nos preocupamos de estudiar el cómo y
por sobre todo el por qué de las Mitzvot, a nosotros también la Torá se
nos hace pesada y la dejamos caer de nuestras vidas.
En la segunda oportunidad que D’s le da al pueblo judío, Moshé sube al
Monte para aprender de D’s la Torá Oral, es decir el sentido de las
Mitzvot para que él se la enseñe al pueblo y así pueda transmitirse de
generación en generación.
Al recibir las primeras Tablas, el pueblo sería simplemente un recipiente
de la Torá. Al recibir las segundas Tablas, el pueblo debería
comprometerse por completo, pues se exigía que ellos se involucren en el
aprendizaje y cumplimiento de las Mitzvot, de tal forma que la Torá no
les resulte pesada.
Nosotros debemos también preocuparnos de estudiar el sentido de las
Mitzvot, y de esa manera la Torá dejará de ser una carga, sino que
pasará a ser un soporte para nuestras vidas.
Shabat Shalom
Roberto Fleischmann W. |