Tamara Gejman G.
Bat Mitzvá

Hola. Me llamo Tamara Gejman Geni. Mis papás se llaman Roberto y Silvia. Tengo dos hermanos: Ariel (25) y Gabriel (22).
Estudio en el Instituto Hebreo 7º “D”.
Los sábados voy a Tzeirei Amí.
Mis hobbies son coleccionar velas, salir con mis amigas y conversar por teléfono.
Estoy muy contenta de realizar mi Bat Mitzvá porque paso a ser una mujer adulta para el pueblo judío.

Vaikrá

Con esta Parashá comienza el tercer libro de la Torá. El tema central de este libro es el de los sacrificios y las obligaciones de los Cohanim y Leviim.
Los sacrificios se clasifican de la siguiente manera:
1) Olá (Holo-causto): Ofrenda enteramente consumida por el fuego en el altar.
2) Minjá (Lealtad – obsequio): A diferencia de los otros sacrificios, que consisten en animales, esta era una ofrenda de harina usualmente llevada por un hombre de medios modestos.
3) Shelamim (Ofrenda de paz): Un medio de expresar agradecimiento a D’s en ocasiones de regocijo. También incluye el Korván Todá (de acción de gracias), el que será analizado en la Parashá Tzav.
4) Jatat (Ofrenda por el pecado): Una expiación por ciertos pecados cometidos sin intención por un individuo, incluso el Cohén Gadol (Sumo Sacerdote), el Rey y el Sanedrín (Suprema Corte) en su totalidad. Comprende también las prohibiciones punibles con Karet cuando son transgredidas intencionalmente, por ejemplo comer Jametz en Pésaj o realizar una Melejá (trabajo productivo) en Shabat.
4ª) Korván olé veiored: Un tipo especial de ofrenda por pecado que varía de acuerdo con la riqueza del pecador. Es requerido para las siguientes transgresiones: a) Jurar en falso que uno no ha visto ni oído evidencia necesaria para un testimonio. b) Entrar en el Beit Hamikdash o comer Kodashim mientras se está en estado de Tumá (impureza) c) Dejar sin cumplir una promesa.
El pecador primero debía confesar su culpa y luego estaba obligado a llevar este sacrificio.
5) Asham (Ofrenda por una culpa): Ofrecida como parte de la penitencia requerida por ciertos actos impropios, tales como: a) Uso no intencional de propiedad apartada para D’s (Kodashim); b) Retención de propiedad ajena por un falso juramento.
En cada caso, el pecador, luego de confesar su culpa, debía restaurar primero la propiedad más un adicional de un quinto de su valor, al verdadero dueño, antes de que pudiera ofrecer el sacrificio y recibir el perdón divino por su pecado.
Al leer esta Parashá siento que por un lado los sacrificios no deberían existir, ya que animales inocentes deben morir por nuestras transgresiones. No me parece correcto que un judío debe matar a un ser vivo para pedir el perdón de D’s.
Pero por otro lado, debemos entender que los sacrificios justamente enseñaban que no hay que cometer pecados para no tener que llevar un sacrificio al Templo. Además, recordemos que el animal se llevaba como sustituto del propio trasgresor, quien era el que en realidad debía sufrir el castigo.
En nuestros tiempos afortunadamente ya no se hacen sacrificios de animales, pero eso no significa que no existan los pecados.
A través de los antiguos sacrificios se ganaba el perdón de D’s. En cambio ahora, ese mismo resultado lo obtenemos a través del rezo en las Sinagogas. Este encuentro de los judíos en el Beit Hakneset, también nos ayuda a estar más unidos.

Shabat Shalom.
Tamara Gejman Geni.

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