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Sheminí
En esta Parashá se habla de la Kashrut, la dieta
judía.
Cuando uno piensa en primera instancia acerca de la Kashrut, uno se
imagina una lista de leyes. Pero si uno estudia un poco más acerca de la
Kashrut, puede encontrar cosas muy interesantes.
Algo definitivamente importante es no ingerir la sangre del animal. Aunque
no encontré una respuesta definitiva, hay consenso en señalar que la
sangre es la vida, y si bien podemos tomar el cuerpo del animal para
alimentarnos, no podemos disponer de su vida. La Kashrut también indica
que no se puede mezclar carne con leche, porque la carne es el animal y la
leche es el alimento que lo mantiene con vida.
Hay también reglas acerca de qué animales se pueden comer y cuáles no.
Estas son: Todo animal que sea rumiante y que tenga pezuñas partidas, se
puede comer, o sea, es Kasher. Por ejemplo, el cerdo no es Kasher porque
tiene pezuñas partidas pero no es rumiante. Todo animal acuático que no
tenga aletas y escamas no se puede comer. Por ejemplo, ningún marisco es
Kasher porque no tienen ni aletas ni escamas; el tollo tiene aletas, pero
no escamas y la anguila no tiene ninguna de las dos cosas, por lo que no
son Kasher. Toda ave que sea de rapiña no se puede comer. Por ejemplo, el
águila, el halcón, el cuervo y la lechuza.
Estos son algunas de las reglas de la Kashrut que un judío debería
seguir, pero ¿Por qué?
Hay gente que insiste que es por salud e higiene, ya que antes algunos de
estos animales traían enfermedades. Hay quienes dicen que no comer
animales carnívoros y aves de rapiña evita contaminarnos de su violencia
sobre otros seres vivos, es decir, que la Kashrut promueve la no-violencia
en nuestro espíritu. Hay otros que dicen que ayuda a la autodisciplina y
eleva el espíritu, o bien que transforma el simple acto de comer en algo
sagrado.
Pero podemos ir más allá. Un Rabino alguna vez dijo que nosotros siempre
estamos fijándonos en el envoltorio, en lo de afuera. Hacemos cualquier
cosa por ese envoltorio y no nos tomamos el trabajo de desenvolverlo para
llegar a lo de adentro –al significado de las cosas–. Así, muchos
simplemente siguen las leyes de la Kashrut sin pensarlo. No buscan más
adentro de esas leyes, no reflexionan acerca de ello. Hay quienes dicen
que no hay necesidad pues está escrito en la Torá, luego hay que hacerlo
simplemente sin pensar más en ello.
Pero tal vez reflexionar es precisamente la tarea que tenemos y D’s
está esperando que nosotros nos demos cuenta. Que en familia
reflexionemos y encontremos nuestra propia respuesta. Esto es otra cosa
linda de ser judía, que uno puede encontrar sus propias interpretaciones.
Así como en torno a esta Parashá he discutido con mi familia, espero a
partir de hoy como mujer judía reflexionar sobre estas cosas y así
encontrar mis explicaciones. Los invito a ustedes a hacer lo mismo con sus
familias.
Shavúa Tov
Tanya Rosenblut Haymann |