Tanya Rosenblut H.
Bat Mitzvá

Hola. Me llamo Tanya Rosenblut Haymann. Mis papás se llaman Jorge y Liora. Tengo un hermano: Gadiel (6).
Estudio en el Santiago College en 7º “E”.
Mis hobbies son coleccionar velas, bailar danza moderna y hablar por teléfono. Realizar el Bat Mitzvá es muy importante para mí ya que paso a ser una mujer adulta para el pueblo judío.

Sheminí

En esta Parashá se habla de la Kashrut, la dieta judía.
Cuando uno piensa en primera instancia acerca de la Kashrut, uno se imagina una lista de leyes. Pero si uno estudia un poco más acerca de la Kashrut, puede encontrar cosas muy interesantes.
Algo definitivamente importante es no ingerir la sangre del animal. Aunque no encontré una respuesta definitiva, hay consenso en señalar que la sangre es la vida, y si bien podemos tomar el cuerpo del animal para alimentarnos, no podemos disponer de su vida. La Kashrut también indica que no se puede mezclar carne con leche, porque la carne es el animal y la leche es el alimento que lo mantiene con vida.
Hay también reglas acerca de qué animales se pueden comer y cuáles no. Estas son: Todo animal que sea rumiante y que tenga pezuñas partidas, se puede comer, o sea, es Kasher. Por ejemplo, el cerdo no es Kasher porque tiene pezuñas partidas pero no es rumiante. Todo animal acuático que no tenga aletas y escamas no se puede comer. Por ejemplo, ningún marisco es Kasher porque no tienen ni aletas ni escamas; el tollo tiene aletas, pero no escamas y la anguila no tiene ninguna de las dos cosas, por lo que no son Kasher. Toda ave que sea de rapiña no se puede comer. Por ejemplo, el águila, el halcón, el cuervo y la lechuza.
Estos son algunas de las reglas de la Kashrut que un judío debería seguir, pero ¿Por qué?
Hay gente que insiste que es por salud e higiene, ya que antes algunos de estos animales traían enfermedades. Hay quienes dicen que no comer animales carnívoros y aves de rapiña evita contaminarnos de su violencia sobre otros seres vivos, es decir, que la Kashrut promueve la no-violencia en nuestro espíritu. Hay otros que dicen que ayuda a la autodisciplina y eleva el espíritu, o bien que transforma el simple acto de comer en algo sagrado.
Pero podemos ir más allá. Un Rabino alguna vez dijo que nosotros siempre estamos fijándonos en el envoltorio, en lo de afuera. Hacemos cualquier cosa por ese envoltorio y no nos tomamos el trabajo de desenvolverlo para llegar a lo de adentro –al significado de las cosas–. Así, muchos simplemente siguen las leyes de la Kashrut sin pensarlo. No buscan más adentro de esas leyes, no reflexionan acerca de ello. Hay quienes dicen que no hay necesidad pues está escrito en la Torá, luego hay que hacerlo simplemente sin pensar más en ello.
Pero tal vez reflexionar es precisamente la tarea que tenemos y D’s está esperando que nosotros nos demos cuenta. Que en familia reflexionemos y encontremos nuestra propia respuesta. Esto es otra cosa linda de ser judía, que uno puede encontrar sus propias interpretaciones.
Así como en torno a esta Parashá he discutido con mi familia, espero a partir de hoy como mujer judía reflexionar sobre estas cosas y así encontrar mis explicaciones. Los invito a ustedes a hacer lo mismo con sus familias.

Shavúa Tov
Tanya Rosenblut Haymann

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