En el Día del Patrimonio Nacional, treinta jóvenes de la Comunidad Israelita de Santiago y Hagshamá, liderados por Deby Grinberg y René Arriagada, viajaron muy temprano desde Santiago para reconocer los hitos judíos y generales que se encuentran en calles y cerros de Valparaíso dando cuenta de la histórica presencia de su colectividad, desde el descubrimiento de la bahía en 1536 hasta el presente. En medio de numerosos turistas que en la ocasión visitaban el puerto, algunos de los cuales se acercaban al grupo para escuchar las explicaciones del guía del Museo Judío de Valparaíso, realizaron una primera detención el la Plaza Jerusalén de Bajada Santos Osa, para fotografiarse alrededor de la inscripción en hebreo "Jerusalén rodeada de cerros, Salmo 125-2", que vincula ambas ciudades a través de su particular emplazamiento geográfico. Después de recorrer parte del Antiguo Barrio Judío de El Almendral, iniciaron la primera caminata hasta el ascensor del cerro Polanco cuto acceso se hallaba colapsado por la cantidad de visitantes, lo que no fue impedimento para que los jóvenes subieran a pie hasta el mirador de la torre donde obtuvieron una impresionante vista general de la ciudad. La segunda detención fue en el Muelle Prat, puerta de todas las inmigraciones europeas, incluida la judía, en los siglos XIX y XX, lugar en que los muchachos soportaron con humor las intervenciones de personajes típicos al desplegar sus banderas y carteles para fotografiarse, abordaron la réplica del Santiaguillo, recorrieron la Plaza Sotomayor y visitaron el Museo in situ que se encuentra bajo el pavimento. De ahí en adelante el recorrido continuó en compañía de miembros de la Sociedad Max Nordau de Valparaíso y el grupo se dirigió a los viejos Mausoleos judíos de Playa Ancha, visualizando en el camino el Embarcadero de los Mártires Marranos, la Plazuela de los Autos de Fe, los Archivos judíos de la Iglesia La Matriz, la casa de Manuel de Lima, el Mirador Ciudad Hermana de Bat Iam, el Balneario Las Torpederas y la emblemática Piedra Feliz. En el cementerio hubo "kadish" para "rusos" y "turcos" dirigidos por porteños y santiaguinos, otro oficiado muy emotivamente por la joven rabino Deby Grinberg y el relato de pintorescas anécdotas. El espacio que en alguna época se conoció como "el Cerro de los Judíos" fue accedido por el ascensor Concepción para llegar a la interesante Menorá de la Paz, donde hubo otra larga sesión de fotografías. El siguiente destino fue el cerro Bellavista, por la Plaza de la Victoria y el ascensor Espíritu Santo, para admirar el mural más grande del mundo dedicado a la memoria del estadista israelí y Premio Nobel de la Paz, Itzják Rabin (z.l.) El grupo tuvo la suerte de contar con la presencia del propio autor, el artista porteño Claudio Fraiman, quien "se voló" y "voló" a su auditorio con las explicaciones de las técnicas y conceptos cabalísticos que se mezclan en su obra. Ya anocheciendo y en medio del maravilloso espectáculo que brindan las luces de los cerros, el grupo se dirigió a la pequeña y casi centenaria sinagoga de la Sociedad Max Nordau, en los alrededores del Parque Italia. Antes de volver a Santiago, los viajeros realizaron una obligada, larga y necesaria degustación en el Café Riquet de Plaza Aníbal Pinto, para reponer fuerzas. Por parte del Museo Judío de Valparaíso, es necesario dejar constancia que este ha sido uno de los grupos más interactivos de los que han realizado el circuito Shalom Valparaíso!, tanto por su inagotable energía como por su completa identificación con los valores patrimoniales judíos del puerto demostrada en innumerables comentarios y aportes, que no cesaron en todo el viaje de regreso a la capital, hasta que el último viajero abandonó el bus.
Jorge Zúñiga Rodríguez, Director y Guía.